viernes, 9 de julio de 2010

Sin filtración

Durante años he sido un fanático defensor de los acuarios de Killis sin filtración.

La razón más seductora para mí es la ausencia de ruido. Por alguna razón cuando estoy en un ambiente silencioso me encuentro mucho mejor. Parece obvio pero si os ponéis a analizarlo hay demasiados ruidos de todo tipo que si lo piensas un segundo, te gustan muy poco.

La primera vez que vi el sistema de cambio total de agua fue en casa del lamentablemente fallecido Jose María Perez Gil. Que en vez de sifonar del todo el acuario, simplemente preparaba un acuario nuevo con agua nueva y pasaba los peces con una red. ¡Casi a diario!

Instalaciones sin filtro, luego vi muchas, en Uruguay, ya no recuerdo en casa de quién. En Alemania, lo mismo.

Y como me gustan las Cynolebias, a pesar de lo guarras que son, con tantos excrementos y tanta comida fácilmente sobrante y que se mezcla en seguida con la turba para fermentar sin piedad, entendí que el sistema de cambio total de agua podía serme de utilidad.

El sistema lo apliqué cuando mi instalación había adelgazado de su máximo de 84 acuarios a unos controlables 20-30.

Lo primero es hacerse con un método que permita usar dicho sistema sin reventar al Killífilo. La solución, una gran garrafa en lo alto de la estantería con una buena manguera gruesa por la que cae el agua por gravedad. Un final de manguera en forma de "U" o de gancho para poder dejar la manguera puesta mientras abro y cierro tapas.

También, dado que hay que sifonar mucho una mesita con ruedas para poner el balde donde tiro el agua del sifonado y un desagüe o fregadero a la mínima altura para deshacerse del agua a descartar.

Todos los días me llevaba unos 30 minutos todo el proceso. Por supuesto si me iba fuera no era necesaro, pues no había restos de comida, aunque sí de heces. Y eso se palía fácil con ayunos.

Complementé esta técnica con dos apoyos. Uno, el sifonar la comida restante a la media hora. Esto me llevaba 5 minutos pues no reponía el agua, que era repuesta por completo en el gran cambio diario. Con el tiempo aprendí a ajustar sobremanera la comida de forma que diera siempre un bocado menos del necesario. Las 2 comidas al día aseguraban correcta nutrición. (Quien quiera tener anuales y dar sólo una comida, será mejor que considere que hay otros hobbys interesantes como el coleccionismo de latas de cerveza o de chapas de distintas coca-colas). :D

Dos. El situar un recipiente con paredes de 2-3 cm donde dejar caer la comida, esto evitaba que la turba derramada por los peces al desovar se mezclara con la comida produciendo síndromes tóxicos.

A veces entraba una megalebia de gran tamaño y creaba mucho trabajo, pero ver esos enormes peces en plenitud de tamaño compensa el esfuerzo.

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