domingo, 31 de enero de 2010

Mi diminuta instalación.

Tras años en que mi instalación para Killis llegó a alcanzar los 84 acuarios entre acuarios de parejas y acuaritos para crías, ésta menguó a la par que mi entusiasmo para quedar finalmente reducida a un acuario grande con paredes de aislante de unos 100 litros y dos acuarios medianos, también con paredes de aislante de unos 40 litros.

Dafnia helada

Están todos en la terraza de la cocina con orientación Este, por lo que les da algo de luz solar directa por la mañana y hasta el mediodía en verano, pero se libran del rugiente calor de las tardes veraniegas.

Acuario grande terraza

Acuarios pequeños terraza

En invierno, por tanto son fríos, por lo que sólo son aptos para Cynolebias del género Austrolebias en sus distintos subgéneros.

La idea es conseguir mantener poblaciones de cheradophillus, luteoflammulatus y gymnoventris, pero estoy teniendo mala suerte con las últimas compras y conservaciones, por lo que los acuarios están vacíos a la espera de su oportunidad.

También conservo en el interior un acuario para mantener plantas como la Anubias nana que no quiero perder pues luego conseguirlas en buen tamaño se hace difícil.

Acuario interior plantas

En la terraza también acompañan 2 cubetas para cultivar pulga de agua y una cubeta también para cultivar pulga de agua, pero de cristal.

En los acuarios principales hay en cada uno una paridera de red con pulga de agua. Son fuente de alimento y también ayudan a que el agua no se ponga demasiado de color verde, aunque esto sólo funciona con las especies pequeñas. La cantidad de resíduos de las cheradophilus es tal que el agua deviene a verde sin remedio, exigiendo sifonados y cambios de agua frecuentes.

domingo, 24 de enero de 2010

El bebedero de pájaros.


En la terraza tengo un par de jardineras de plástico donde cultio dafnia. Tras descongelarse el hielo de estos días, he comprobado que sigue habiendo algunas pulguitas pululando por el agua.

Cultivos nevados

Uno de ellos el que está más alejado de la ventana de la cocina tiene una tendencia crónica a tener el agua verde. Lo cual es bueno para la dafnia, así tiene alimento. Pero curiosamente es el que menos produce.

Tras descongelarse el hielo he descubierto la razón. Los sedientos gorriones que con la nieve y el hielo no tenían dónde beber, han venido en tromba a saciar su sed. Por desgracia a veces vienen varios y se posan unos mirando hacia el agua y otros al tendido. Y a alguno de los últimos, aprovecha para hacer sus necesidades, sin percatarse que caen en el agua sus restos. Esto hace que sea un agua verde, pero no apta para la pulga por alguna razón.

dafnia,pulga de agua,terraza

Esto me obliga a sifonar el fondo de restos y más frecuentes cambios de agua, para compensar la contaminación. Y la verdad es que con tanta hez, no es la pulga producida en esa cubeta la que más me gusta para alimentar a las Cynolebias. El hecho de que la mantenga es que mientras esté ahí, no se irán a beber ni a cagar a la otra cubeta que producirá una buena pulga limpia.

Esto viene a colación sobre ciertos fenómenos de las Cynolebias que intentamos razonar, pero que no resolvemos por una simple falta de atención (sex-ratio, etc). Sólo cuando por la sed hubo un acúmulo de pájaros caí en cuenta de porqué esa cubeta se comportaba distinto de la otra. Ahora veo más frecuentemente los pájaros pues se dónde fijarme.

Como se ve en la segunda foto, que es antigua, considero bueno poner en el fondo de las cubetas algo de sustrato oscuro, en este caso turba hervida, una capa pequeña.

En la cubeta del fondo, la que dá problemas, en la foto se aprecia sin turba, pero las algas que van decantando se ve que son aprovechadas por larvas de insectos para hacer sus tubitos-vivienda.

Esta cubeta, es en primavera cuando hay mucha luz y todavía no excesivo calor, cuando son más productivas, pudiendo alimentar diariamente Cynolebias medianas en 6 acuarios.

domingo, 3 de enero de 2010

Una base para reempezar

Hace ya mucho tiempo que tomé la decisión de conservar huevos a baja temperatura. El motivo era descansar. Bien en verano, bien una temporada. Nunca pensé que dejaría los killis definitivamente, pero he de reconocer que mi etapa actual es de un desinterés casi por completo.

Actualmente todos los huevos de Killis anuales que no son Austrolebias ni Megalebias los guardo en esta nevera a 16ºC.

Nevera huevos

Las turbas están en diferente estado de almacenamiento, según fui aprendiendo en mi etapa productiva. Hay desde turbas dentro de una bolsa que simplemente está doblada entre sí, a turbas en viales de vacuna en condiciones anaerobias a presión alta y saturación. Estas últimas son las que más confianza me dan para el futuro.
También las hay en botes de cristal con la tapa metálica plastificada llenos del todo de turba y algunos a medio llenar, a la espera de más desoves. También hay turbas en bolsas herméticas con auto-cierre. Estas mejor las reenvaso con el tiempo en viales de vacunas, pues se están secando con gran rapidez. No son fiables por tanto.
Espero que al menos un 25% de las especies sean recuperables cuando pase mi situación de apatía killífila. Un 25% sería un éxito, digo de especies, no de huevos. Cualquier porcentaje superior sería para tirar los cohetes que me han sobrado de fin de año.

Las turbas están agrupadas dentro de esas cajas de zapatos que espero sustituir por algo más resistente a la humedad, pero de paredes finas. Las cajas de stiropor que usé hasta ahora se comían demasiado sitio con sus gruesas paredes.

El termostato original está sustituido por uno digital con sonda que meto a través de un orificio en el lateral.

Un ventilador homogeniza la temperatura en todo el interior.

Las cajas están separadas por pequeños trozos de estiropor para que el aire circule por todo su alrededor.