viernes, 19 de marzo de 2010

Zona de caza de alimento vivo arrasada.

Teníamos una zona de caza de alimento vivo muy buena. Malumbres y yo compartíamos el conocimiento de su situación mantenimiento. No sólo ibamos a recolectar alimento vivo sino que periódicamente llevábamos garrafas de agua para mantener el nivel adecuado para que no nos faltara pulga de agua durante todo el año y especialmente larva roja limpia en verano.
En una antigua piscifactoría abandonada en San Fernando de Henares, algunas piletas seguían siendo razonablemente impermeables y tenían un fondo de materia orgánica producto de las numerosas hojas que le caían, principalmente de una muy hermosa morera. La pulga de agua de un color miel era abundante y daba para todos los peces que teníamos, haciendo una pesca por semana entre primavera y otoño, pues en invierno había que pescar con más cuidado.
A partir de mitad de primavera hasta invierno era fácil recolectar una larva roja limpísima debido a una curiosa circunstancia.
Supongo que por herencia de cuando se cultivaban Koys se formaba lenteja de agua en la superficie. Si se dejaba crecer y cubrir toda ella el agua se estropeaba y toda se iba al traste, pero si se acotaba una zona y se la dejaba crecer bien pero sin invadir toda la superficie, las raicillas de la lenteja de agua se constituían como un lugar ideal para pulular la larva roja que estaba ya grande y a punto de metamorfizar. Dado que el fondo donde crecía era de hojas, la larva roja era de una calidad suprema y parte de algunos de mis más difíciles éxitos killífilos los atribuyo a ese oro vivo que es.
Coincidiendo con mi actual época de baja actividad he dejado de visitar la zona. El año pasado volví pues necesité morera para unos gusanos de seda que compré a mi sobrina, y me encontré que los restos de edificación de la piscifactoría habían sido ocupados por un poblado chavolista. Sinceramente desde entonces, hace ya un par de años, no me atrevo a acercarme. Y lo peor es que ha seguido creciendo, ahora ya parece una única estructura al haberse ido uniendo todas las chavolas.

Dadas las costumbres, supongo que nuestra poza de dafnia se habrá convertido en letrina, pues su situación ayudaba mucho a ello, y habrá quedado cegada.

No voy a negar que esto me produce desazón, pero también pienso que es más importante que alguien haya encontrado un sitio donde vivir algo más a resguardo que mantener una poza de pesca de dafnia. Espero que las cosas mejoren a esa gente, se despeje la zona y pueda ir a ver qué ha quedado de todo aquello.

Actualmente la poca dafnia que necesito la cultivo en la terraza de casa, pero ¡Ay esa larva roja...!

2 comentarios:

  1. !que làstima! no por la daphnia facil de tener en casa, sino por la larva roja, para mì el mejor alimento vivo que hay.........

    ResponderEliminar
  2. No muy lejos hay una zona de gammarus que sigue siendo productiva. Lástima que el gammarus se lo comen hoy con locura, mañana bien y pasado mañana ni le hacen caso. Hay que dejarles descansar una o dos semanas.

    En efecto, Dafnia se encuentra más fácilmente, pero una fuente limpísima de larva roja es casi imposible de volver a encontrar. Habría que fabricar un sitio así "ex profeso".

    Quizás un día podríamos ir varios a acercarnos a ver cómo está. Lo mismo la gente es de lo mas amistosa y nos invita a comer y se compromete a tener la pozita llena de agua para que siempre tengamos larva roja y dafnia. (Iluso de mí :D )

    ResponderEliminar