Congelando turba.

¡Parece que estos días de desacanso me están dando nuevos ánimos!

También tiene que ver el cariño con el que me está tratando Jose Ramón, el nuevo presidente de la SEK, interesándose por mí y por mis circunstancias. Todo son cosas que vuelven a animarme. Gracias de Nuevo Jose Ramón.

Así que hoy me he puesto a hervir turba... fibrosa, pues turba pulposa para anuales tenía hervida desde hacía 2 años y estaba durmiendo el sueño de los justos desde entonces en la perola de acero inoxidable donde la dejé. Por cierto que una vez sacada la turba y con un poco de fregoteado, la perola estaba como nueva.

Mi hervida de turba habitual que mucha gente me pregunta. Pongo agua caliente y la turba y al fuego. Cuando empieza a hervir dejo que hierva bien durante 15 minutos. Luego añado una cucharada de postre de bicarbonato y remuevo con la cuchara de madera para romper la espuma y evitar se desborde. Cuando ya hace poca espuma dejo hirviendo como otros 15 minutos. (Siempre me pongo un reloj-avisador -ahora es con el iPhone- :-D) Cuelo la turba, la aclaro con agua caliente para quitar los finos, la estrujo y vuelvo a ponerla en la perola. Añado agua caliente del grifo (ahorra gas o luz) y cuando vuelve a ponerse a hervir la dejo otros 15 minutos a fuego vivo.

Cuando pasa el tiempo la retiro, escurro con agua fría y la uso inmediatamente.

La que no voy a usar la separo en porciones de uso, según la previsión. Aproximadamente son bolas apretaditas del tamaño de una mandarina, las meto en bolsas de congelar, las cierro bien para que no entre el aire ni se vaya la humedad, y las meto en el congelador a -18ºC.

El congelarlas hace que cuando necesitemos, tras descongelarlas con agua tibia (el microondas puede ayudar).

Vale también para la turba pulposa, aunque dado que de esta se usa más cantidad, no la congelo, pues la que preparo la gasto.

Espero que os sirva el viejo truco que le ví por primera vez a Jesus López Jerez.